Con la llegada del otoño nuestro organismo tiene que adaptarse a nuevos cambios que pueden afectar a la salud visual.
Todo cambio de estación viene asociado a modificaciones en los hábitos. Con la llegada del otoño, los días empiezan a ser más cortos y las temperaturas bajan, dando lugar a las primeras lluvias.
Se realizan más actividades en espacios cerrados, haciendo un uso frecuente de la luz artificial. Ver televisión, leer o la utilización de dispositivos digitales para trabajar, es más habitual que en la época estival. Factores que acaban afectando a nuestra salud ocular.
Consejos para el cuidado de los ojos.
- Revisiones periódicas. Es recomendable realizar una revisión oftalmológica anual para asegurarnos de que gozamos de una buena salud visual. El mejor momento es después del verano. Durante la época estival nuestros ojos están sometidos a muchas agresiones externas. Además, de cara a la vuelta al trabajo y al inicio del curso escolar, podremos descartar cualquier patología o valorar un tratamiento si fuera necesario.
- Utilizar gafas de sol. Los efectos nocivos del sol están igualmente presentes en otoño. La radiación ultravioleta es un factor de riesgo también después del verano. Es indispensable utilizar gafas de sol homologadas para proteger nuestra vista.
- Dieta saludable. El otoño nos regala multitud de alimentos excelentes para la salud. Frutas y verduras de temporada que aportan antioxidantes, vitamina C, vitamina A y otros nutrientes que benefician a nuestra vista. Peras, manzanas, granadas, espinacas, castañas, calabazas y cítricos, son algunos de los alimentos que contribuyen a la buena salud ocular.
- Cuidado con las alergias. Alérgenos como el moho, los ácaros o los hongos, pueden provocarnos lagrimeo y ojos rojos. Utilizar gafas de sol, mantener los ojos hidratados, tener una correcta higiene en el hogar y evitar la humedad sobre todo en baños y cocinas, pueden ayudarnos a minimizar las posibilidades de desarrollar una alergia.
- Cuidado con las pantallas. Con la vuelta al trabajo aumentamos las horas de uso de dispositivos electrónicos y pantallas. Hacer descansos periódicos y trabajar en estancias debidamente iluminadas, contribuye a reducir la fatiga visual.