El ritmo acelerado de nuestras vidas a veces provoca que nos olvidemos de cuidarnos. En el caso de la alimentación en ocasiones comemos lo primero que encontramos en la nevera o recurrimos a la comida precocinada y los pedidos a domicilio. Pocas son las veces en las que tenemos tiempo y energía para cocinar, y mucho menos para innovar y prestar la suficiente atención a mantener el equilibrio en nuestra alimentación.
Nuestra rutina de deporte también se resiente hasta, a veces, desaparecer. Son muchas las personas que, ante el ajetreo de sus vidas, renuncian a realizar deporte, no realizando así una actividad beneficiosa que ayuda al cuerpo y a la mente.
Todos sabemos que tanto una dieta equilibrada como hacer deporte son bases fundamentales para cuidar nuestra salud, pero, ¿somos verdaderamente conscientes de lo necesarias que son para nuestra salud visual?
DIETA EQUILIBRADA
Una buena alimentación es fundamental para nuestro bienestar, en todos los aspectos. “Somos lo que comemos” es una frase que hemos oído en incontables ocasiones y lo cierto es que es también una gran verdad.
Los antioxidantes, las vitaminas (como la A y la C) y los alimentos ricos en Omega 3, por ejemplo, son esenciales para cuidar de nuestra salud visual. Por lo que te recomendamos que mantengas una dieta equilibrada y muy variada, como la mediterránea. Trata de no abusar de los procesados y la comida rápida, y apuesta por una vida saludable.
UNA BUENA RUTINA DE DEPORTE
Muchas patologías comunes de la vista guardan relación con otros problemas de salud. Debemos ser conscientes de que nuestra salud visual también se puede ver afectada por otros problemas ajenos a la vista. Al prevenir y tratar este tipo de problemas o enfermedades a través del deporte, estaremos protegiendo y cuidando de nuestra vista en consecuencia.
El sobrepeso, la obesidad, la diabetes, la tensión, la presión arterial y el estrés son solo algunos de los problemas que podemos combatir con actividad física. Lo ideal es mantener una rutina diaria, mantener nuestro cuerpo en movimiento, al menos, media hora al día: salir a correr, andar, bici, natación, etc.
Pero si no dispones del tiempo suficiente o no eres un apasionado del deporte, te recomendamos que marques en tu agenda 2 o 3 días a la semana para hacer deporte y, si es posible, reserves al menos una hora por día.
Un consejo que te damos es que, siempre que puedas, cuando vayas de un sitio a otro en tu día a día lo hagas andando. Evita coger el metro o bus para tramos pequeños y anímate a hacer el recorrido andado, tardarás solo unos pocos minutos más y, si realizas el tramo a buen ritmo, tu cuerpo te lo agradecerá.