Ya estamos en septiembre, un mes de cambios, de inicios y la época en la que los más pequeños vuelven al cole y con ello los temidos problemas visuales que en la mayoría de los casos los padres no son capaces de detectar.
La miopía, la hipermetropía y el astigmatismo son las patologías oftalmológicas que aparecen con más frecuencia entre los menores. Su detección precoz y tratamiento adecuado son claves para evitar problemas derivados, tales como la falta de atención por una mala visión que les impida seguir las explicaciones de los docentes. Por eso, es especialmente importante detectarlas antes de comenzar el nuevo curso escolar.
En el blog de hoy te damos las pistas para saber cómo detectar a tiempo los problemas visuales que pueda tener tu hijo.
¡Empezamos!
- El niño entrecierra los ojos o los guiña cuando tiene que levantar la vista hacia la pizarra o atender a las explicaciones del profesor.
- Se queja de dolores de cabeza o visión borrosa, sobre todo, al final de la jornada escolar o a la hora de hacer los deberes.
- Tiene demasiada sensibilidad a la luz y le cuesta adaptar la visión en los ambientes oscuros.
- Se sienta demasiado cerca de la televisión.
- Parpadea con mucha frecuencia y le lloran los ojos.
- No enfoca la vista de manera precisa hacia lo que se le señala.
- Falta de atención y concentración
- Gira la cabeza de una forma no natural cuando mira hacia algún punto concreto
- Se salta palabras o letras al leer
- Descoordinación en el movimiento de los ojos, no se mueven alineados.